Aliento del Cielo/Julia Castro

 


UN RETORNO INMINENTE

 La  situación de desastre que estamos viviendo no es  oculta para nadie; pues la inseguridad familiar se está volviendo terrorífica para muchos por la persecusión que se ha levantado y el miedo a que llegue a tocar a su puerta, está haciendo estragos sin límites.  Todo ésto está dando paso a la segunda venida de Cristo estrechamente ligado al cumplimiento de diversas profecías bíblicas, muchas de las cuales ya están manifestándose en nuestro tiempo.  La Biblia describe de manera clara y precisa que el regreso de Jesucristo será un evento glorioso, sin precedente, visible y definitivo en la historia. Dice Hechos 1:9-11 “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Los acontecimientos que han de llegar nos instan a que nos preparemos para ellos, pero debemos saber que no es igual a cuando viene un huracán, una tormenta o cualquier imprevisto de la naturaleza; aquí se trata de una preparación espiritual, que estemos listos porque Jesucristo viene a la tierra por un pueblo que se ha preparado para recibirlo y antes de Su llegada sucederán eventos los cuales nos alertarán. Este evento no será en secreto ni simbólico sino una manifestación literal de Cristo viniendo en gloria, el cual desde el Antiguo Testamento, Su retorno ha sido anunciado por los profetas. Dice en Daniel 7:13-14 “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino que nunca será destruido.”

La segunda venida de Cristo viene precedido por un sinnúmero de señales como son los juicios para los impíos, es decir aquellos que no le hayan aceptado como Su salvador; redención para los creyentes, y es por eso que él nos hace un llamado a alistarnos para tener ese encuentro con él. Ya estamos viendo señales antes del fin de los tiempos, el mismo Jesús las proporcionó y en Mateo 24 podemos encontrarlas: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”.  Oiréis de guerras y rumores de guerras, se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y y terremotos en diferentes lugares. Y todo ésto será principio de dolores. (Versos 4-8) Hoy en día, vemos un aumento en falsos maestros, sectas y doctrinas que se apartan de la verdad bíblica, cumpliendo esta profecía. “…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” “…porque habrá entonces gran tribulación, cual no la habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.  Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre; entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” (Versos 12, 13, 21, 29 y 30).

El aumento de conflictos globales, la lucha por el poder, la intransigencia, el despotismo, la falta de empatía, el desamor, sumados a los desastres naturales, las crisis sanitarias, como pandemias, nos dejan claros que estamos cerca del fin. Otras señales:  “También debes saber ésto que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.  Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites, más que de Dios….”  2da. Timoteo 3:1-4.  Sólo debemos ser obedientes y “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.”   Mateo 24:42. Dios te bendiga.

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