UN RETORNO INMINENTE
La
situación de desastre que estamos viviendo no es oculta para nadie; pues la inseguridad
familiar se está volviendo terrorífica para muchos por la persecusión que se ha
levantado y el miedo a que llegue a tocar a su puerta, está haciendo estragos sin
límites. Todo ésto está dando paso a la
segunda venida de Cristo estrechamente ligado al cumplimiento de diversas
profecías bíblicas, muchas de las cuales ya están manifestándose en nuestro
tiempo. La Biblia describe de manera
clara y precisa que el regreso de Jesucristo será un evento glorioso, sin
precedente, visible y definitivo en la historia. Dice Hechos 1:9-11 “Y
habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube
que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo,
entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué
estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al
cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Los acontecimientos
que han de llegar nos instan a que nos preparemos para ellos, pero debemos
saber que no es igual a cuando viene un huracán, una tormenta o cualquier
imprevisto de la naturaleza; aquí se trata de una preparación espiritual, que
estemos listos porque Jesucristo viene a la tierra por un pueblo que se ha
preparado para recibirlo y antes de Su llegada sucederán eventos los cuales nos
alertarán. Este evento no será en secreto ni simbólico sino una manifestación
literal de Cristo viniendo en gloria, el cual desde el Antiguo Testamento, Su
retorno ha sido anunciado por los profetas. Dice en Daniel 7:13-14 “Miraba
yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como
un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse
delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los
pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que
nunca pasará, y su reino que nunca será destruido.”
La segunda
venida de Cristo viene precedido por un sinnúmero de señales como son los
juicios para los impíos, es decir aquellos que no le hayan aceptado como Su
salvador; redención para los creyentes, y es por eso que él nos hace un
llamado a alistarnos para tener ese encuentro con él. Ya estamos viendo señales
antes del fin de los tiempos, el mismo Jesús las proporcionó y en Mateo 24 podemos
encontrarlas: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: “Yo soy el Cristo”. Oiréis de
guerras y rumores de guerras, se levantará nación contra nación, y reino contra
reino; y habrá pestes, y hambres, y y terremotos en diferentes lugares. Y todo
ésto será principio de dolores. (Versos 4-8) Hoy en día, vemos un aumento
en falsos maestros, sectas y doctrinas que se apartan de la verdad bíblica,
cumpliendo esta profecía. “…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de
muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” “…porque
habrá entonces gran tribulación, cual no la habido desde el principio del mundo
hasta ahora, ni la habrá. E inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las
estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán
conmovidas. Entonces aparecerá la señal
del Hijo del Hombre; entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán
al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran
gloria.” (Versos 12, 13, 21, 29 y 30).
El aumento
de conflictos globales, la lucha por el poder, la intransigencia, el
despotismo, la falta de empatía, el desamor, sumados a los desastres naturales,
las crisis sanitarias, como pandemias, nos dejan claros que estamos cerca del
fin. Otras señales: “También debes
saber ésto que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites, más que de Dios….” 2da. Timoteo 3:1-4. Sólo debemos ser obedientes y “Velad,
pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.” Mateo 24:42. Dios te bendiga.
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