París, FR. – Francia vive horas de desconcierto y
autocrítica tras el robo de varias joyas históricas de valor incalculable en el
Museo del Louvre, lo que ha puesto en evidencia graves deficiencias en las
medidas de seguridad del recinto más visitado del mundo.
Por segundo día consecutivo, el museo permaneció cerrado
este lunes sin previo aviso, generando frustración entre cientos de turistas
que hacían fila frente a la icónica pirámide de cristal. “Es una decepción
tremenda”, expresó el chileno Michel Sánchez, quien lamentó la falta de
explicaciones y de comunicación por parte de la administración.
Ante la magnitud del robo, los ministros del Interior,
Laurent Núñez, y de Cultura, Rachida Dati, se reunieron para evaluar el sistema
de seguridad del museo junto con las autoridades policiales. Tras el encuentro,
se emitió una directiva a los prefectos de toda Francia para que refuercen la
vigilancia en museos y centros culturales del país.
Dati atribuyó parte de la responsabilidad a décadas de
falta de inversión en seguridad. “La responsabilidad son los cuarenta años de
abandono sobre la cuestión de la seguridad”, declaró la ministra. Un informe
del Tribunal de Cuentas, filtrado tras el robo, señala que el presupuesto de
funcionamiento del Louvre, de 323 millones de euros, destina muy poco a la
protección de sus colecciones.
El documento también revela que solo un tercio de las
salas del museo cuenta con cámaras de vigilancia, ya que en los últimos cinco
años se instalaron apenas 138 dispositivos nuevos. Dati aseguró que desde 2022
se han realizado más de tres auditorías de seguridad y que se están implementando
nuevos estándares, aunque el proceso avanza lentamente debido a los trámites
públicos de licitación.
Dentro del plan de renovación anunciado por el presidente
Emmanuel Macron en enero, valorado en unos 800 millones de euros, se incluyen
160 millones destinados a reforzar la seguridad del Louvre. Según la ministra,
estas medidas ya comenzaron a aplicarse.
El robo, ejecutado por un grupo de cuatro delincuentes,
ocurrió en apenas siete minutos. Los ladrones utilizaron un montacargas para
acceder a un balcón, rompieron una puerta de cristal con una herramienta de
corte y fracturaron las vitrinas de la Galería de Apolo donde se exhibían las
joyas. Huyeron en dos escúteres con ocho piezas, dejando atrás una corona de la
emperatriz Eugenia de Montijo.
El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, reconoció
públicamente la gravedad del fallo: “Lo que es seguro es que hemos fallado”,
dijo, subrayando que los delincuentes lograron colocar un montacargas frente al
museo, acceder al interior y sustraer joyas de un valor incalculable “dando una
imagen deplorable de Francia”.

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