Trenton, NJ.- La contienda por la gobernación de Nueva
Jersey sumó un nuevo capítulo de controversia luego de que se revelara la divulgación
indebida de los registros militares personales de la congresista y candidata
demócrata Mikie Sherrill, ex piloto de helicóptero de la Marina de los Estados
Unidos. El hecho ha generado una ola de indignación entre veteranos militares
del estado y más allá de sus fronteras.
De acuerdo con un informe de CBS News, una versión casi
sin censura de los expedientes de Sherrill —que incluía su número de Seguro
Social y las direcciones de su familia— fue entregada a un aliado del candidato
republicano Jack Ciattarelli mediante una solicitud de la Ley de Libertad de
Información (FOIA, por sus siglas en inglés).
El Centro Nacional de Registros de Personal reconoció que
los documentos no debieron haberse entregado en esas condiciones y admitió
desconocer por qué el técnico a cargo no siguió los procedimientos estándar.
Además, la entidad se comunicó con la oficina congresional de Sherrill para
disculparse formalmente.
Mientras la campaña de Ciattarelli sostiene que se trató
de un error de los Archivos Nacionales en respuesta a un pedido legal, Sherrill
denunció que se trata de una “ilegal y peligrosa instrumentalización del
gobierno federal”. La candidata acusó a su oponente y al expresidente Donald
Trump de “romper la ley y exponer registros privados para beneficio político”,
subrayando que “ningún registro de un veterano está seguro” bajo esas
prácticas.
El incidente, que ocurre a pocas semanas de las
elecciones, ha encendido un debate en torno a la privacidad de los veteranos y
al uso de instituciones federales con fines políticos.
Contexto militar y político
Sherrill, graduada de la Academia Naval de los Estados
Unidos, ha construido gran parte de su trayectoria política alrededor de su
servicio en la Marina. Su historial incluye una Medalla de Logro Naval recibida
en 1991 por salvar la vida de un compañero cadete. Sin embargo, la campaña de
Ciattarelli ha buscado vincularla a un escándalo de trampa académica ocurrido
en la academia a inicios de los años 90, pese a que no existe ninguna acusación
formal en su contra.
Reacciones de veteranos y organizaciones
La divulgación irregular provocó rechazo en diversos
sectores de veteranos militares. El Caucus de Veteranos Demócratas de Nueva
Jersey declaró que sus miembros se sienten “indignados” y acusaron a la campaña
de Ciattarelli y a los Archivos Nacionales de la era Trump de haber facilitado
la filtración.
“Divulgar información personal de un veterano no solo es
imprudente, es ilegal”, señalaron en un comunicado. “Esto no se trata de
política, sino de proteger la dignidad y privacidad de cada veterano”.
Por su parte, la Legión Americana Post 109 de Rutherford
también criticó la liberación de los documentos, calificándola como un “fracaso
del sistema” y advirtiendo que tal situación representa un riesgo no solo para
el veterano afectado sino también para su familia.
Incluso veteranos republicanos han condenado lo sucedido.
El congresista Don Bacon, de Nebraska, recordó que él mismo sufrió la
divulgación no autorizada de sus expedientes militares durante la
administración Biden y subrayó que “el comportamiento fue incorrecto entonces y
lo es ahora”.
El comité de acción política VoteVets, que ha respaldado
públicamente a Sherrill, calificó el episodio como “un nuevo nivel bajo” en la
campaña y advirtió que, si esto puede ocurrirle a una congresista, podría
repetirse con cualquier veterano.
El teniente coronel retirado Casey Moes, graduado de West
Point y con más de 20 años de servicio en Irak y Afganistán, también se
pronunció: “Fue alarmante ver la violación tan grave de protocolos de
privacidad y seguridad en los Archivos Nacionales. Es lamentable que ahora esto
se utilice para tratar de empañar un historial militar impecable”.


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