Trump genera polémica al sugerir “propiedad” de tierras surcoreanas en reunión bilateral

Redacción Q/I

Washington, D.C. – Durante un reciente encuentro bilateral con el presidente surcoreano Lee Jae Myung, el expresidente estadounidense Donald Trump provocó un fuerte debate diplomático al afirmar falsamente que Estados Unidos debería “poseer” los terrenos en Corea del Sur donde se encuentran instalaciones militares norteamericanas. Las declaraciones se produjeron en presencia de la delegación surcoreana y generaron preocupación por posibles tensiones en la alianza estratégica entre ambos países.

Declaraciones controvertidas

Trump sostuvo que Corea del Sur está “arrendando” tierras a Estados Unidos, cuando en realidad, según el Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y Corea del Sur (SOFA), Seúl otorga dichas áreas para el uso militar de Estados Unidos sin un contrato de arrendamiento en términos tradicionales. Bajo el SOFA, firmado inicialmente en 1966 y revisado en varias ocasiones, EE.UU. puede desplegar y operar bases en Corea del Sur para garantizar la seguridad regional y la defensa conjunta, pero los terrenos siguen siendo propiedad del gobierno surcoreano.

El exmandatario fue más allá y planteó la idea de que Estados Unidos tenga “propiedad plena” sobre las tierras donde están ubicadas las bases. Expertos en relaciones internacionales consideran que este tipo de comentarios reflejan una falta de sensibilidad diplomática, dado que Corea del Sur es un aliado estratégico clave frente a Corea del Norte y dentro del complejo equilibrio geopolítico de Asia Oriental.

Contexto histórico y tensiones financieras

El SOFA ha sido la base legal para la presencia militar estadounidense en Corea del Sur por más de cinco décadas. Este acuerdo ha permitido a Estados Unidos mantener alrededor de 28,500 efectivos en territorio surcoreano como parte de la defensa conjunta frente a la amenaza norcoreana. Sin embargo, desde la administración Trump, ha habido insistentes llamados a que Seúl aumente su contribución económica para el sostenimiento de estas tropas y las instalaciones asociadas.

Las tensiones han surgido principalmente por la percepción estadounidense de que Corea del Sur se beneficia de la protección militar sin asumir proporcionalmente los costos. Trump ha utilizado repetidamente este argumento para presionar por pagos mayores, generando debates en ambos países sobre equidad, soberanía y la naturaleza de la alianza estratégica.

Reacciones y riesgos diplomáticos

Analistas señalan que la sugerencia de “propiedad” sobre tierras surcoreanas podría ser interpretada como un gesto de desdén hacia un socio confiable y debilitar la percepción de Estados Unidos como aliado respetuoso de la soberanía extranjera. Organismos de seguridad y diplomáticos surcoreanos han preferido responder con cautela, reafirmando la importancia de la alianza y la necesidad de seguir trabajando en cooperación militar y estratégica.

El comentario de Trump resalta nuevamente cómo la relación bilateral entre Washington y Seúl, vital para la estabilidad en Asia Oriental, está marcada no solo por la cooperación militar y política, sino también por tensiones históricas sobre financiamiento, soberanía y percepción de poder.

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