Contradiciendo la propaganda hostil contra China y su
modelo socio económico, aspirando a ahuyentar inversores del atractivo mercado
chino -por su tamaño, potencial y oferta-, las compañías extranjeras mantienen
firme sus planes de introducción y/o expansión, en la economía china
conscientes de la vitalidad de la misma y el positivo ambiente de negocios que
ofrece, y mejora permanentemente, reforzando la confianza global en la
economía. Las eficientes e integrales cadenas industriales y de suministro de
que dispone China conjuntamente con un entorno rico en innovaciones ofrecen un
escenario inversionista de gran alcance y poder.
Las principales cámaras de comercio que agrupan a
empresas estadounidenses ratifican su confianza en la economía china y su
disposición de seguir invirtiendo en la misma y el Gobierno central confirma su
determinación a continuar la apertura de la economía. Habiéndose levantado toda
restricción al sector de las manufacturas en 2024,aplica ahora una apertura
irrestricta al sector de los servicios en 2025.
Durante 2025 se están mejorando las condiciones en zonas
pilotos de libre comercio y se refuerza el Nuevo Corredor Internacional de
Comercio Terrestre-Marítimo que conecta globalmente con 555 puertos de 127
países. Con la recepción de una inversión foránea en 2024 de 115 220 millones
de dólares se crearon 59, 000 nuevas empresas. Para hacer más atractiva aún la
atención de inversionistas extranjeros el Consejo de Estado aprobó un plan de
acción para estabilizar la inversión extranjera en 2025 acorde con la profunda
promoción de una apertura de alto nivel y factor clave para el fomento de
nuevas fuerzas productivas de calidad que mantengan el vigor del proceso de
modernización. Como parte del plan se apoya la política de apertura en curso en
áreas como telecomunicaciones, de valor agregado, biotecnología y hospitales de
propiedad plenamente extranjera – y prestar servicios integrales a las
inversiones en esos sectores. Con refuerzo legal China garantiza igualdad de
trato al capital extranjero.
Desde que China irrumpió como potencia en el escenario
global no le han faltado ni consejos ni presiones para que remodele su economía
y sociedad acorde con ideas foráneas. Sin embargo, Beijing, teniendo en mano lo
que ha logrado con su propia visión de desarrollo sustentado en un “socialismo
con características chinas”, ha tenido su propio plan y meta y sin coger
presión ni desviarse de sus planes quinquenales avanza a su propio ritmo.
Evidentemente no le ha ido mal.

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