“Absurdo”: Alcaldes de Nueva Jersey Responden a la Demanda Federal Contra las “Ciudades Santuario”

Redaccion/QI

Newark, NJ — Una reciente demanda presentada por el gobierno federal contra cuatro ciudades de Nueva Jersey ha encendido un nuevo debate sobre las políticas de inmigración y el papel de los gobiernos locales. La querella, impulsada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, alega que Newark, Jersey City, Paterson y Hoboken están interfiriendo con los esfuerzos federales para hacer cumplir las leyes migratorias al mantener sus políticas de “ciudades santuario”.

Según la demanda, citada por medios como Bloomberg y el New Jersey Monitor, “Estados Unidos enfrenta actualmente una crisis de inmigración ilegal, y el gobierno federal está decidido a ponerle fin”. La acusación sostiene que los municipios no solo han decidido no colaborar, sino que han cruzado la línea hacia la obstrucción activa, lo cual, afirman, viola la ley federal.

Sin embargo, los alcaldes locales han salido al paso de estas afirmaciones, calificando la demanda de “absurda”. El alcalde de Newark, Ras J. Baraka, expresó con firmeza:

“No estamos impidiendo la seguridad pública. Estamos defendiendo la Constitución, supervisando con responsabilidad y cumpliendo las leyes y directrices del Estado de Nueva Jersey. Nada en nuestras políticas impide a la policía hacer su trabajo. Lo que no haremos es convertir nuestra ciudad en una extensión del sistema federal de inmigración”.

Baraka también criticó las declaraciones del gobierno federal sobre los peligros de las políticas santuario, calificándolas de “ofensivas y falsas”.

“Los inmigrantes son mucho más propensos a ser víctimas de delitos que perpetradores. No hay evidencia de que estas políticas hagan menos seguras a nuestras comunidades. De hecho, desde que asumí el cargo, hemos reducido los homicidios en un 61 %. Así que nuestras políticas no solo son legales, sino que están funcionando”, afirmó el alcalde.

Añadió que cuando las personas no viven con miedo, están más dispuestas a reportar crímenes, buscar atención médica y colaborar con las instituciones que existen para protegerlas, lo cual —dijo— contribuye a una comunidad más segura y cohesionada.

La demanda busca un fallo judicial contra las ciudades señaladas, así como una orden que les impida continuar implementando políticas de ciudad santuario. No es la primera vez que la administración de Donald Trump toma medidas para limitar protecciones a inmigrantes, pero los tribunales federales también han bloqueado varias de estas iniciativas en el pasado, incluyendo intentos de detener y deportar inmigrantes que violaban órdenes judiciales previas.

El tema ha cobrado mayor tensión tras la reapertura de Delaney Hall, una instalación de detención federal en Newark operada por la corporación privada GEO Group. Se trata del primer centro de este tipo reactivado durante el segundo mandato de Trump, y forma parte de una estrategia para aumentar la capacidad de detención en el noreste del país.

Cabe destacar que a principios de mayo, el propio alcalde Baraka fue arrestado durante una protesta frente a la reapertura de esta instalación. Fue liberado poco después, según informes de prensa.

En medio de este enfrentamiento legal y político, las ciudades señaladas han reiterado su compromiso con la protección de todos sus residentes, independientemente de su estatus migratorio, y han prometido seguir defendiendo tanto los derechos humanos como los principios constitucionales frente a lo que consideran una ofensiva política motivada por el miedo.

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