El pasado miércoles, la Oficina de Estadísticas Laborales
de los Estados Unidos (BLS, por sus siglas en inglés) publicó los datos del
Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondientes al mes de febrero. El
informe mostró que la inflación aumentó un 0.2 % desde enero y un 2,8 % en
términos interanuales. De igual manera, la inflación subyacente, que excluye
los costos de energía y alimentos, aumentó un 0.2 % mes a mes y un 3.1 %
interanual. Las cuatro cifras estuvieron por debajo de las estimaciones de Wall
Street.
Las lecturas interanuales fueron inferiores a las de
enero, marcando la primera vez desde julio pasado que tanto el IPC subyacente
como el IPC general mostraron una desaceleración en la tasa de inflación.
Además, el IPC subyacente alcanzó su nivel más bajo desde abril de 2021.
El mercado bursátil estadounidense pareció exhalar ante
algunas buenas noticias y reaccionó en consecuencia. Los principales índices de
EE. UU. abrieron al alza el miércoles y tres de los cuatro lograron mantener
las ganancias hasta el cierre.
El Nasdaq lideró con un aumento de aproximadamente un 1
%. El S&P 500 subió un 0.4 %, y el índice de pequeñas capitalizaciones
Russell 2000 avanzó un 0.2 %, mientras que el Promedio Industrial Dow Jones
terminó con una caída del 0.2 %.
Se podría argumentar que las acciones estaban listas para
un rebote o una pausa y que la reacción del mercado el miércoles fue
precisamente eso. El S&P 500 todavía se mantiene por debajo de su media
móvil de 200 días. Para tener más confianza en un cambio de tendencia, será
necesario que las acciones vuelvan a situarse por encima de ese nivel técnico.
La próxima semana, la Reserva Federal se reunirá para
decidir su próximo movimiento de política monetaria. El informe del IPC
publicado el miércoles y los datos del Índice de Precios al Productor (IPP)
publicados el jueves son los números más recientes que el banco central
revisará mientras evalúa su decisión sobre las tasas de interés.
Una caída significativa en la inflación o un aumento en
el desempleo (el otro componente del doble mandato de la Fed) podrían alentar a
la Reserva Federal a recortar las tasas. Por el contrario, un aumento en la
inflación o una disminución en el desempleo podrían llevar a un alza de tasas o
a una pausa prolongada en los cambios.
Hasta ahora, el informe moderado de inflación del
miércoles no ha cambiado la opinión predominante sobre la dirección de las
tasas de interés. Según la herramienta FedWatch del CME Group, los operadores
de futuros de fondos federales todavía esperan que el banco central mantenga
las tasas sin cambios en las próximas dos reuniones antes de realizar un
recorte en junio. Además, le asignan un 99 % de probabilidad a que no haya
cambios este mes.
Si la Fed recortara las tasas el próximo miércoles,
basándonos en lo que hemos escuchado recientemente de los funcionarios del
banco central sobre su preocupación por reavivar una inflación más alta,
estaríamos tan sorprendidos como el mercado.
Por lo tanto, en lugar de esperar un movimiento en las
tasas la próxima semana, estaremos atentos a lo que la Fed diga sobre el futuro
de su política monetaria.
Dado que esta es la reunión de política monetaria de
marzo, la Reserva Federal publicará uno de sus informes trimestrales de
Proyecciones Económicas, en el que los banqueros centrales compartirán sus
previsiones sobre el rumbo de las tasas de interés, el crecimiento económico y
el desempleo.
Como hemos señalado en varias ocasiones, existe una
desconexión entre los mercados y lo que hemos estado escuchando de la Fed. La
semana pasada, varios funcionarios del banco central intentaron moderar las
expectativas de un recorte de tasas en el corto plazo. Si continúan con este
discurso, el mercado podría llevarse una decepción.
Y esto es totalmente posible. Se necesitará más de un mes
de datos de inflación moderados para que la Fed cambie de postura. Además, la
inflación sigue estando muy por encima del rango meta anualizado del 2 % del
banco central.
Por otra parte, aún no se sabe cómo afectarán los
aranceles a la inflación. Sin embargo, si los datos de febrero marcan el inicio
de una tendencia a la baja, la Fed adoptará una postura más flexible a medida
que avance el año. Si el presidente Jerome Powell sugiere esta dirección, es
probable que se refleje claramente en los precios de las acciones.
El Índice de Volatilidad CBOE («VIX»), considerado por
algunos como el «indicador del miedo» del mercado, cayó el miércoles por
segundo día consecutivo hasta situarse alrededor de 25. Si bien esto es más
alto de lo que había estado durante la mayor parte de los últimos dos años, aún
no alcanza niveles históricamente elevados.
Mientras tanto, el diferencial de crédito de alto
rendimiento, aunque está aproximadamente 60 puntos básicos por encima de donde
se encontraba hace un mes, tampoco se encuentra en un nivel que consideraríamos
elevado. Eso no significa que no pueda llegar allí, pero sí indica que no
muchos inversionistas de deuda creen que toda la economía esté al borde del
colapso en este momento.
¿Qué hacer en un momento de alta volatilidad e
incertidumbre?
En conclusión, la pregunta que se hace un inversionista
promedio es: ¿qué hacer en este momento de alta volatilidad e incertidumbre con
mi portafolio? Puede parecer contradictorio, pero estos momentos de «miedo»,
como dirán los inversionistas experimentados, pueden representar una gran
oportunidad.
Tal vez se trate simplemente de aumentar una posición a
largo plazo en tu portafolio que ya te encanta: una acción de alta calidad cuya
valoración ha caído a niveles «baratos», por ejemplo, con una relación
precio-beneficio por debajo de 15. Ese tipo de oportunidades son raras.
O quizás simplemente decides no hacer nada y evitar
vender en el momento equivocado, lo que, a largo plazo, también puede ser una
victoria.

0 Comentarios