Río de Janeiro, Brasil.- El expresidente brasileño Jair
Bolsonaro, que enfrenta un juicio por un presunto intento de golpe de Estado y
no puede ser reelegido hasta 2030 por decisión de la Justicia, afirmó el
domingo frente a miles de partidarios que su caso constituye "una negación
de la democracia".
"Quiero decir a quienes no me quieren en Brasilia:
unas elecciones sin Bolsonaro son una negación de la democracia en
Brasil", dijo en una manifestación en la famosa playa de Copacabana, en
Río de Janeiro.
El ultraderechista (2019-2022) llegó alrededor de las
10H15 locales (13H15 GMT) abriendo paso entre manifestantes vestidos de
amarillo y verde, los colores del país.
Ante los seguidores que lo acogieron al grito de
"¡Mito!" (su apodo), y con un discurso menos virulento del que
acostumbra, Bolsonaro dejó a sus lugartenientes el rol de dirigir ataques
contra sus críticos.
El senador Flavio Bolsonaro, su hijo alcalde, tachó de
"ladrón" al actual mandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva;
mientras que el pastor evangélico Silas Malafaia calificó de
"criminal" al magistrado Alexandre de Moraes, juez a cargo del caso
que puede desembocar en un proceso penal contra el expresidente.
Según estimaciones de investigadores de la Universidad de
Sao Paulo basadas en análisis computarizado de imágenes aéreas, se congregaron
alrededor de 18.000 personas el domingo en Copacabana, lejos del
"millón" que esperaba el exgobernante.
En abril de 2024, otra manifestación en el mismo sitio
reunió a 32.000 personas, según el mismo método de cálculo. Una nueva
concentración está prevista el 6 de abril en Sao Paulo.
"Estoy aquí porque quiero dejar un Brasil mejor para
mis hijos. Vivimos un momento oscuro", declaró a la AFP uno de los
manifestantes, José de Souza Vitorino, exmilitar de 64 años.
El lema de la manifestación era reclamar una
"amnistía" para las personas condenadas por su implicación en los
disturbios del 8 de enero de 2023 en Brasilia.
Ese día, miles de bolsonaristas asaltaron y vandalizaron
el palacio presidencial, el Congreso y la sede de la corte suprema, una semana
después de la investidura de Lula.
Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos.
Esos disturbios son una de las razones que llevaron a la
fiscalía a inculpar en febrero al expresidente por un supuesto plan de golpe de
Estado.
Se le acusa de ser el líder de una "organización
criminal" que conspiró durante meses con ese propósito. Podría enfrentar
una pena acumulada superior a 40 años de prisión.
Candidato "por el momento"
La fiscalía refutó los argumentos de la defensa, que
sostenía que la corte suprema no era competente para juzgar a Bolsonaro, junto
con otras 33 personas, incluidos exministros y altos mandos militares.
La próxima etapa será el 25 de marzo, cuando el máximo
tribunal examinará si existen elementos suficientes para abrir un juicio.
Bolsonaro, de 69 años, asegura que es víctima de una
"persecución" política para impedir que sea candidato en las elecciones
presidenciales de 2026.
Fue inhabilitado hasta 2030 por cuestionar la
confiabilidad del sistema brasileño de urnas electrónicas, pero él espera que
la condena sea anulada para postularse a un segundo obligatorio.
"Por el momento, soy candidato", reiteró el
miércoles. "¿Por qué debería renunciar a mi capital político para apoyar a
alguien?".
Sueña con un regreso al estilo Donald Trump, de vuelta en
la Casa Blanca pese a sus problemas judiciales, y espera que el presidente
estadounidense ejerza "influencia" a su favor.
En el escenario, un cartel mostró al presidente
estadounidense con el puño en alto, tras el ataque que sufrió en julio en
campaña.
Enviar un mensaje
Para el analista político André Rosa, se trata de
"enviar un mensaje a sus competidores dentro de la derecha (...) y
reafirmar su intención de ser candidato en 2026".
Bolsonaro se resiste a respaldar a otro candidato, aunque
ha mencionado como posibles relevantes a su esposa Michelle y a su hijo, el
diputado Eduardo Bolsonaro.
Pero suenan sobre todo otras figuras como el gobernador
del estado de Sao Paulo y el exministro de Bolsonaro Tarcisio de Freitas y el
popular cantante Gusttavo Lima.
"Sigue activo con la esperanza de lograr las
condiciones jurídicas para disputar las elecciones", explicó Rosa a la
AFP.
La incertidumbre también rodea a la izquierda: Lula, de
79 años, sigue ambiguo sobre sus intenciones de aspirar a la reelección.
Mientras tanto, no deja de atacar a su predecesor, a
quien tilda de "cobarde" por haber "planeado un golpe de
Estado" antes de "huir" a Estados Unidos a finales de 2022.
Lula llamó el sábado a "defensor cada día de la
democracia contra quienes todavía hoy tienen como proyecto el regreso del
autoritarismo", con motivo del 40º aniversario del fin de la última
dictadura militar, que Bolsonaro evoca con nostalgia.

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