Opinion-La nube que mueve al mundo

Fernando Álvarez Bogaert.

La computación en la nube se ha consolidado como uno de los motores económicos más dinámicos en la actualidad. Según Fortune Business Insights, en el mercado global alcanzó los 623 mil millones de dólares en 2023 y las predicciones más recientes son sustancialmente mayores, llegando hasta 1.41 o incluso 2.28 billones de dólares para 2030. Tres gigantes tecnológicos, Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud, para el segundo trimestre de 2025, concentran el 63?% de esta infraestructura, planteando preocupaciones sobre la dependencia tecnológica de la misma, resaltando la urgencia de fomentar actores regionales que reduzcan brechas digitales y fortalezcan la soberanía digital en países en desarrollo.

El crecimiento económico de la nube ha sido vertiginoso: de US$ 58.6 mil millones en 2010, a US$ 266,400 millones en 2020 y, US$ 600 mil millones en 2024, según Gartner (firma de investigación y asesoría).

La adopción de modelos como SaaS (software como servicio), el almacenamiento de información, la transformación empresarial y, más recientemente, la inteligencia artificial, han acelerado esta expansión. Desde el año 2022 su papel ha evolucionado pasando de una plataforma de servicios a una infraestructura esencial para el desarrollo global.

No obstante, la computación en la nube enfrenta retos significativos:

La seguridad y privacidad de los datos al almacenarlos en servidores externos, incrementando el riesgo de ciberataques, requiriendo regulaciones sólidas, tecnologías de encriptación avanzadas y una gestión responsable.

La proliferación de fake news o noticias falsas y pornografía, difundiéndose masivamente a través de servicios en la nube, alimentando la desinformación e inconductas en sectores vulnerables como niños (As) y adolescentes.

Los centros de datos consumen enormes cantidades de energía, por lo que avanzar hacia una nube verde, eficiente y sostenible, basada en energías renovables, es una necesidad urgente.

A pesar de estos retos, la nube está teniendo impactos concretos en múltiples sectores como:

a) Educación: plataformas como Google Classroom, Microsoft Teams, Moodle y Zoom permitieron continuidad pedagógica durante la pandemia y hoy impulsan modelos híbridos y personalizados.

b) Salud: posibilita la telemedicina, el almacenamiento seguro de historiales clínicos y el desarrollo de diagnósticos.

c) Banca: facilita el desarrollo de servicios digitales como pagos móviles y análisis crediticios en tiempo real.

d) Logística: comercio electrónico, facilita la trazabilidad (capacidad de rastrear procesos), gestión de inventarios y eficiencia operativa en tiempo real.

La inteligencia artificial moderna sería impensable sin la nube. El entrenamiento de modelos de lenguaje, visión o análisis predictivos, requiere procesamientos de enormes volúmenes de datos. Plataformas como AWS Sage Maker, Google Vertex AI y Microsoft Azure AI, ofrecen entornos para desarrollar y desplegar soluciones de IA, logrando que empresas de todos los tamaños acceden a capacidades avanzadas sin necesidad de grandes inversiones en infraestructuras.

La sinergia entre IA-nube, están transformando manufactura, agricultura, mercadeo, educación, justicia y otros sectores claves, abriendo nuevas oportunidades para automatizar procesos, optimizar decisiones y generar innovación a escala global.

 

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