Cuando los votantes otorgan el poder para que un
presidente administre el Estado lo designa como estadista y un estadista esta
para eso, para administrar bien la cosa pública, y para lograrlo no solo cuenta
con el apoyo del soberano que lo eligió sino de colaboradores especiales y
confiables que le ayuden a cumplir la tarea.
La confianza es un factor determinante para la ejecutoria
de un estadista, pero este factor se construye con una práctica basada en la
ética y en el compromiso de quien asume una función con miras a contribuir con
la labor del estadista.
Esta reflexión fluye porque muchas de las conquistas
alcanzadas por este pueblo a lo largo de su historia se han ido perdiendo por
la falta de visión relacionada con la sostenibilidad de lo logrado.
Cuando en el primer gobierno del PLD se anunció la
construcción del Metro, muchas personas lo criticaron alegando que era un gasto
superfluo; creo que estuve entre las defensora de la vía de transporte porque
hay que ser peatón para saber cómo se sufría por falta de movilidad, cosa que,
pese al Metro, sigue siendo un problema.
Puede leer: Contemplarlos como contaminantes peligrosos
en la Ley de Residuos
El estadista debe ser visionario, ver el presente y
proyectar el futuro para sustentar su legado como tal. A propósito del Metro,
el deterioro que muestran los medios de comunicación es inconcebible. La
cantidad de usuarios por día es de unas 300 mil personas y al año más de 100
millones según los datos oficiales.
Hace unos meses una estación tuvo una avería y el mar de
personas andando por las avenidas era infinito, lo que indica que el Metro fue
y sigue siendo una necesidad y que la inversión en la sostenibilidad es
sumamente necesaria.
A veces los nuevos funcionarios en vez de engrandecer lo
que encontraron, buscan la forma de dejar su “impronta” y hacen un disparate
que al final debe pagar el consumidor y el usuario.
Otros servicios públicos están en franco deterioro como
la salud, el servicio de energía, tenemos apagones pese a la megainversión en
Punta Catalina, el santo grial del gobierno anterior en evidente falta de
mantenimiento preventivo. La energía es un insumo estratégico para el desarrollo.
Pienso que un estadista con visión debe apostar por la
energía renovable. Tenemos sol todo el año por lo que la energía limpia que nos
otorga el astro debe ser aprovechada y no desperdiciarla como ocurre en la
actualidad– y encima se limita la posibilidad de que las personas se
independicen del sistema de energía proveniente de los combustibles fósiles-.
Hay otros servicios precarios, como los del aeropuerto
Las Américas, ese merece una entrega especial.
Estimo que construir una institucionalidad verdadera no
es difícil, solo hay que tener una visión de futuro, de país, de nación, de
conectarnos con lo que queremos como país y obligarnos de manera ética con el
compromiso asumido.
Para lograrlo no hay que elaborar nuevas leyes, la
Constitución traza las pautas y muchas leyes existente la guía para el
accionar, pero debemos liberar los egos y pensar como un grupo grande y no con
el límite que impone el interés personal.
En vez de llevar un proyecto particular, el funcionario
debe llevar el proyecto del país junto con la agenda que se ha comprometido con
los valores y principios que sustentan la nación.
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