“Miedo y silencio en Barrio Obrero: dominicanos enfrentan redadas migratorias en Puerto Rico”

Redaccion/QI

San Juan, QI.- Las recientes redadas migratorias han generado un clima de temor entre la comunidad dominicana en Puerto Rico, especialmente en Barrio Obrero, San Juan, donde casas y negocios lucen desiertos. La organización Ayuda Legal Puerto Rico ha lanzado campañas para informar a los inmigrantes sobre sus derechos, recibiendo más de 300 llamadas de familias que buscan orientación legal.

Desde la llegada de Donald Trump al poder, la percepción de Puerto Rico como santuario para inmigrantes ha cambiado. El 27 de enero, agentes federales realizaron una redada en Barrio Obrero, arrestando a más de 40 personas con violencia inusual, según testigos. Los detenidos son enviados al territorio continental de EE.UU., lejos de sus familias y abogados, ya que no existen centros de detención permanentes en la isla.

Entre los casos más alarmantes está el de Aracely Terrero, detenida por vender helados sin permiso, a pesar de tener visa y estar en proceso de residencia. Pasó un mes en tres centros de detención hasta que un juez ordenó su liberación, calificando su arresto como injustificado. Organizaciones como la ACLU advierten sobre un aumento en los casos de perfilamiento racial por parte de la policía local hacia dominicanos, lo que revive preocupaciones sobre prácticas discriminatorias.

La gobernadora Jenniffer González-Colón ha sido criticada por minimizar la amenaza de deportaciones y por colaborar con ICE, entregando datos de más de 6,000 personas indocumentadas con licencia de conducir. Aunque ha afirmado no querer arriesgar fondos federales, defensores de derechos civiles acusan a su administración de crear una falsa sensación de seguridad y no proteger a los inmigrantes.

Actualmente, los dominicanos son el grupo más afectado por las redadas, con más de 500 detenidos. Representan la mayoría de la población inmigrante en la isla (más de 100,000 personas), muchos de los cuales trabajan en sectores esenciales como la hostelería, la construcción y el cuidado de ancianos.

Aunque las autoridades federales afirman que su objetivo son personas con antecedentes penales, solo el 13% de los detenidos este año cumple con ese criterio, lo que refuerza la percepción de una persecución generalizada hacia la comunidad dominicana en Puerto Rico.

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