El pasado jueves 23 de enero de 2025, agentes del
Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés)
llevaron a cabo una redada en un negocio local en Newark, Nueva Jersey,
generando una ola de reacciones y preocupación en la comunidad. Este incidente,
que ocurrió durante la primera semana de la nueva administración del presidente
Donald Trump, ha sido ampliamente condenado por líderes locales y
representantes en el Congreso.
En respuesta inmediata, los representantes Rob Menendez
(NJ-08) y LaMonica McIver (NJ-10) lideraron una carta, firmada también por los
representantes Frank Pallone, Jr. (NJ-06), Nellie Pou (NJ-09) y Bonnie Watson
Coleman (NJ-12), dirigida al Departamento de Seguridad Nacional. En esta
misiva, exigieron explicaciones sobre las circunstancias que rodearon la redada
y garantizaron la seguridad y el bienestar de las personas afectadas.
Por su parte, la congresista LaMonica McIver calificó la
redada como “despreciable”. “Entraron a nuestra ciudad para detener a nuestros
vecinos, y acosaron tanto a inmigrantes como a ciudadanos, incluyendo a un
veterano de nuestras fuerzas armadas”, denunció McIver. “Quiero dejarle claro
al presidente Trump y a su administración: en Nueva Jersey no toleraremos estas
acciones. Seguiré luchando por la protección de los inmigrantes en el Décimo
Distrito y en todo el país”.
La redada también ha sido criticada por defensores de los derechos humanos y organizaciones locales, quienes argumentan que este tipo de operativos fomentan el miedo en las comunidades inmigrantes y dificultan su acceso a servicios esenciales. Además, destacan que este incidente subraya la necesidad de un debate nacional sobre las prácticas de ICE y las políticas migratorias en general.
El operativo, que según informes resultó en la detención
de varias personas, incluyó a ciudadanos estadounidenses y un veterano del
ejército, lo que ha generado un escrutinio aún mayor. Líderes comunitarios y
representantes han reiterado su compromiso de proteger los derechos de todos
los residentes, independientemente de su estatus migratorio, y han prometido
seguir luchando contra lo que consideran un abuso de poder por parte de las
autoridades federales.
En medio de esta situación, Newark se mantiene firme como
una ciudad santuario, comprometida con la inclusión y la defensa de los
derechos de todos sus habitantes. Las acciones recientes de ICE solo han
fortalecido la determinación de sus líderes y comunidades para resistir y
abogar por un trato justo y humano para todos.
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