TRIUNFO DE TRUMP EN LA CORTE SUPREMA REABRE EL DEBATE SOBRE LA CIUDADANÍA POR NACIMIENTO EN EE.UU.

Redaccion/QI

Washington, D.C. – En un fallo que marca un giro crucial en la batalla legal sobre la ciudadanía por nacimiento, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó este viernes, en una votación de 6 a 3, que los jueces federales no tienen autoridad para emitir interdictos a nivel nacional. Aunque la decisión no aborda directamente el tema de la ciudadanía para hijos de inmigrantes indocumentados, representa una victoria procesal significativa para el expresidente Donald Trump y podría allanar el camino para implementar su polémica orden ejecutiva en los próximos meses.

¿Qué decidió la Corte Suprema?

El tribunal, con mayoría conservadora, estableció que los tribunales de menor jerarquía no deben extender sus órdenes judiciales más allá de los demandantes individuales. Este precedente limita el alcance de las decisiones judiciales contra políticas federales, como la impulsada por Trump para restringir el derecho a la ciudadanía por nacimiento.

El juez Samuel Alito, en su opinión concurrente, subrayó que el fallo no se pronuncia sobre el fondo de la cuestión constitucional, es decir, si los hijos nacidos en EE.UU. de padres indocumentados tienen derecho automático a la ciudadanía. No obstante, la Corte deja en claro que las decisiones que afectan a todo el país deben surgir de su sala, no de jueces federales individuales.

¿Qué busca Trump?

El expresidente, quien ha calificado el derecho de ciudadanía por nacimiento como un "engaño constitucional", emitió en enero la orden ejecutiva titulada "Protegiendo el significado y valor de la ciudadanía estadounidense". En ella se indica que los hijos de inmigrantes indocumentados o personas con visas temporales no deben recibir automáticamente la ciudadanía al nacer en suelo estadounidense.

Durante su campaña de 2023, Trump afirmó:

“En mi primer día de regreso en la Casa Blanca, firmaré una orden para poner fin a esta práctica abusiva que incentiva la inmigración ilegal.”

El corazón del debate: la Enmienda 14

La Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU., ratificada tras la Guerra Civil, establece que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos.”

En 1898, la Corte Suprema confirmó esta doctrina en United States v. Wong Kim Ark, garantizando el derecho a la ciudadanía para todos los nacidos en el país, con excepciones muy limitadas. Los críticos de Trump advierten que cambiar esta interpretación sentaría un precedente peligroso.

Sin embargo, los defensores de la orden ejecutiva argumentan que la frase “sujetos a la jurisdicción” implica que solo los nacidos de personas legalmente comprometidas con el país (como ciudadanos o residentes permanentes) deberían recibir la ciudadanía.

Consecuencias sociales y legales

Expertos como el Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés) estiman que revocar el derecho de ciudadanía por nacimiento no reduciría la inmigración ilegal, sino que aumentaría el número de personas sin estatus. Se calcula que, de concretarse la medida, cerca de 2.7 millones de personas nacerían sin ciudadanía para 2045, cifra que podría superar los 5 millones para 2075.

La falta de datos específicos —los hospitales no recopilan información migratoria de las madres— dificulta calcular cuántos nacimientos por año corresponden a padres indocumentados. Sin embargo, las cifras apuntan a que cada año nacen alrededor de 800,000 hijos de madres extranjeras en EE.UU., muchos de ellos beneficiarios del jus soli.

Reacciones encontradas

La decisión del tribunal fue celebrada por aliados de Trump. La exfiscal general Pam Bondi escribió en redes sociales:

“La Corte Suprema puso fin a la lluvia de interdictos nacionales contra el presidente Trump.”

El propio Trump celebró en Truth Social:

“¡UNA VICTORIA GIGANTE EN LA CORTE SUPREMA! Incluso la farsa de la ciudadanía por nacimiento ha sido golpeada, aunque sea indirectamente.”

Por otro lado, la jueza Sonia Sotomayor advirtió que este fallo deja desprotegidos los derechos constitucionales de millones:

“Ningún derecho está a salvo. Esta decisión permite que políticas ilegales permanezcan vigentes para todos excepto para los demandantes.”

La jueza Ketanji Brown Jackson calificó el fallo como “una amenaza existencial al estado de derecho” y acusó a la mayoría conservadora de usar normas judiciales del siglo XVIII como pretexto para expandir el poder del Ejecutivo.

¿Qué sigue ahora?

La decisión no activa de inmediato la orden ejecutiva de Trump, pero sí permite que su gobierno —si regresara al poder— inicie los preparativos para aplicarla. Dentro de 30 días, la administración podrá emitir lineamientos sobre su implementación. Sin embargo, ya se han presentado nuevas demandas para frenar la medida, entre ellas una actualización del caso Casa Inc. v. Trump y otra por parte de la ACLU en New Hampshire, que busca amparo para familias en todo el país.

El debate sobre la ciudadanía por nacimiento —y los derechos de millones de estadounidenses nacidos de padres indocumentados— queda ahora en suspenso, a la espera de futuras decisiones judiciales y, tal vez, del resultado de las elecciones de noviembre.

¿Es la ciudadanía por nacimiento un derecho garantizado o una política sujeta a interpretación?

La Corte Suprema aún no responde esa pregunta fundamental, pero el terreno legal ha cambiado. Y con ello, el futuro de millones de familias en Estados Unidos.

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