Política del Ejército de EE.UU. que prohíbe exenciones de afeitado genera acusaciones de motivación racial

Redaccion/QI

Washington, D.C. – Una nueva política del Ejército de los Estados Unidos está generando una ola de críticas por su impacto desproporcionado sobre los soldados afroamericanos. De acuerdo con un informe de Military.com, la institución planea eliminar las exenciones médicas que permitían a soldados con ciertas condiciones cutáneas evitar afeitarse diariamente, lo cual podría llevar a la expulsión de muchos militares, especialmente hombres negros.

La medida afecta directamente a los soldados que padecen pseudofoliculitis barbae (PFB), una condición común entre hombres afrodescendientes que provoca vellos encarnados, dolor, inflamación y cicatrices al afeitarse. Anteriormente, los militares diagnosticados con PFB podían recibir una exención para conservar el vello facial y así evitar complicaciones médicas. Bajo la nueva normativa, aquellos que soliciten exenciones por más de 12 meses en un período de dos años podrían ser dados de baja del Ejército.

Impacto racial evidente

Según el Colegio Estadounidense de Dermatología Osteopática, hasta un 60% de los hombres afroamericanos sufren de PFB, y Military.com señala que los afroamericanos constituyen aproximadamente uno de cada cuatro nuevos reclutas del Ejército, a pesar de representar solo el 14% de la población nacional.

“Por supuesto que esto tiene una motivación racial”, expresó un suboficial superior de manera anónima por temor a represalias. “No hay ninguna razón táctica real; uno puede lucir profesional con vello facial.”

¿Justificación táctica o discriminación velada?

Tradicionalmente, las normas de afeitado en las fuerzas armadas se han justificado con la necesidad de garantizar un sellado hermético en las máscaras de gas. Sin embargo, diversos estudios, incluido uno publicado en 2021 por la revista Military Medicine, concluyen que una barba bien mantenida no compromete la eficacia de estas máscaras. Además, se ha señalado que muchas unidades del Ejército —como las que operan en climas extremos como Alaska— ya gozan de normas de aseo personal más flexibles.

La medida se enmarca en un contexto más amplio de cambios dentro del Pentágono. Desde la llegada del nuevo Secretario de Defensa, Pete Hegseth, se han revertido políticas enfocadas en diversidad, equidad e inclusión (DEI), implementadas bajo la gestión del exsecretario Lloyd Austin. Hegseth también ha desmantelado programas diseñados para atraer a comunidades subrepresentadas, lo cual, según expertos, podría agravar la actual crisis de reclutamiento.

Riesgos para el futuro del Ejército

Los datos son reveladores: mientras el número de reclutas blancos ha caído en un 43% en los últimos cinco años, la participación de otras minorías y de mujeres se ha mantenido estable. La decisión de castigar a quienes padecen una condición dermatológica predominante en hombres negros podría erosionar aún más la confianza de esas comunidades en las instituciones militares.

“Esta no es solo una decisión administrativa”, comentó un exoficial de reclutamiento bajo condición de anonimato. “Es un mensaje directo de exclusión hacia quienes han servido con honor pese a las barreras estructurales.”

Lo que viene

La nueva política entrará en vigor en las próximas semanas, aunque ya se están escuchando voces dentro y fuera del Ejército que piden su reconsideración. Organizaciones de derechos civiles y defensores de la salud mental de los militares han advertido sobre el impacto emocional y profesional que esta decisión podría tener.

En momentos en que el Ejército busca desesperadamente mantener sus niveles de reclutamiento y reforzar su legitimidad ante la ciudadanía, decisiones como esta podrían tener efectos devastadores en su imagen pública y su cohesión interna.

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